jueves, 26 de abril de 2012

LOS ADULTOS MAYORES Y SU SALUD MENTAL

LOS ADULTOS MAYORES Y SU SALUD MENTAL


Aproximadamente el 20 por ciento de los mayores de 55 años experimenta desórdenes mentales específicos en algún momento.

Los desórdenes más comunes, en orden de preponderancia, son:

Trastornos de ansiedad, tales como fobias y trastorno obsesivo-compulsivo.
Deterioro cognitivo grave, incluyendo la enfermedad de Alzheimer, y
-  Trastornos en el estado de ánimo, como depresión.
Los trastornos mentales representan una grave amenaza para la salud y bienestar de las personas mayores. Las personas mayores tienen el índice más alto de suicidio en Estados Unidos y, aunque sólo representan el 13 por ciento de la población, las personas de 65 años o más cometen el 20 por ciento de todos los suicidios. Los hombres blancos de 85 años o más son especialmente vulnerables, con un índice de suicidio seis veces mayor que el de la población en general. Los trastornos mentales también pueden afectar negativamente la capacidad de las personas mayores para recuperarse de otros problemas de salud. Los ataques al corazón tienen cinco veces más probabilidades de ser fatales en una persona con depresión. El riesgo de muerte para los residentes con depresión grave en una residencia de ancianos es 60 por ciento más alto que para los residentes que no tienen este trastorno mental.
La aparición de los trastornos varía ampliamente en las personas mayores con enfermedades mentales. Algunos han sufrido una enfermedad mental grave y persistente durante la mayor parte de su vida adulta, mientras que otros han tenido casos periódicos de enfermedad mental. Mucha gente experimenta trastornos mentales o problemas de salud mental por primera vez a una edad avanzada. La pérdida de un ser querido u otras pérdidas que ocurren a edad avanzada por lo general exacerban estos problemas. Los trastornos mentales también varían en gravedad, desde problemáticos, o incapacitantes, hasta fatales. Desafortunadamente, aunque existen tratamientos para muchos trastornos mentales comunes, todavía existen barreras para identificar y tratar los trastornos mentales en las personas mayores.



Prejuicios contra la vejez

Mucha gente cree equivocadamente que los trastornos mentales, como la depresión o la demencia, son normales en las personas mayores y que no hay tratamientos eficaces disponibles. Otro mito sugiere que las personas mayores no pueden cambiar, experimentar un crecimiento psicológico y espiritual, o contribuir a la sociedad. Por esto, son vanos los esfuerzos para mejorar su salud mental.

Estigma

Algunas personas mayores creen que los trastornos de la salud mental y su tratamiento son vergonzosos, representan un fracaso personal o llevarán a la pérdida de autonomía. Por esto ellos pueden negar que tengan problemas mentales o no aceptar el tratamiento de los proveedores de cuidados para la salud mental.

Diferencias en síntomas y tratamientos

Los trastornos mentales que experimentan las personas mayores pueden diferir de aquellos que acontecen enlas personas más jóvenes, lo que puede dificultar un diagnóstico preciso y el tratamiento. Por ejemplo, una persona mayor con depresión tiene más probabilidades de informar síntomas físicos, como insomnio o dolor, antes que sentimientos de tristeza o de inutilidad. También es importante indicar que muchos médicos y otros profesionales de la salud podrían no proporcionar un eficaz cuidado de la salud mental porque no han recibido una formación adecuada para diagnosticar y tratar los trastornos mentales en las personas mayores.

Acceso inadecuado a los servicios

Muchos proveedores de cuidados para la salud mental o de servicios para las personas mayores han dado escasa atencióna los problemas mentales de éstas. Los medicamentos con receta, que a menudo son un elemento importante en los tratamientos de salud mental, podrían ser demasiado caros para las personas mayores con ingresos fijos. Además, podría ser que no dispongan de transporte para ir a las citas de asesoría o de los grupos de apoyo.

Falta de profesionales

Existe una falta en general de profesionales experimentados en salud y servicios sociales, y entrenados para proporcionar cuidados para la salud mental de las personas mayores


miércoles, 4 de abril de 2012

Depresiòn en el Adulto Mayor

Depresion en Adultos mayores

Todos nos sentimos tristes en alguna ocasión. Cuando nos hacemos mayores, las razones para llegar a estar deprimidos parecen tan claras y son tan frecuentes que se suele pensar que es normal que las personas mayores se sientan deprimidas. Pero, ¿es así?. Indudablemente, la clase de cosas que habitualmente asociamos con sentirnos deprimidos se hacen más frecuentes según envejecemos - tenemos que dejar de trabajar, probablemente disponemos de menos dinero, quizás sentimos molestias o dolores de la artrosis o de otros problemas físicos, en ocasiones perdemos a nuestra pareja o a alguien cercano, o incluso puede fallecer nuestra mascota. Sin embargo ,a pesar de todo esto, menos de una de cada seis personas mayores sufren síntomas de depresión ya sean percibidos por ellos mismos o por otras personas, y menos de una de cada treinta personas mayores está tan deprimido que los médicos consideran que tiene una enfermedad depresiva.

El sentirse desanimado o triste no es el único síntoma de la enfermedad depresiva. Para identificar adecuadamente una depresión es importante saber que buscar. A continuación figuran los síntomas más frecuentes de la depresión:
  • Un sentimiento de tristeza o desánimo que es más intenso que la tristeza normal, dura más días y está presente la mayor parte del tiempo, aunque con cierta frecuencia mejora con el transcurso del día.
  • Una pérdida de interés en la vida y una incapacidad para disfrutar de las cosas que generalmente dan placer o satisfacción.
  • Una sensación de fatiga o cansancio que está presente a pesar de una escasa actividad y que es tan intensa que hace que la tarea más simple suponga un gran esfuerzo. La motivación y el impulso están descendidos.
  • Una pérdida de apetito se suele acompañar de pérdida de peso.
  • Una sensación interna de inquietud que hace difícil el descansar o el relajarse.
  • Un deseo de aislarse de la gente y si hay gente alrededor una sensación de irritabilidad y mal humor.
  • Dificultad para dormir con frecuente despertar temprano, al menos una o dos horas antes de lo habitual, y con incapacidad para reconciliar el sueño.
  • Ausencia de confianza en sí mismo, que con frecuencia se asocia a sentimientos de inutilidad o de ser una carga para los demás.
  • Sentimientos de maldad o de culpa; quizás exagerando incidentes del pasado, reaccionando de forma desproporcionado, o preguntándose si ha sido castigado por Dios.
 


  
Pensamientos suicidas. Muchas de las personas con depresión grave se sienten en algún momento como si todo acabara. Estos sentimientos deben ser tenidos en cuenta ya que son indicativos de que se necesita ayuda. En ocasiones se hacen tan intensos que la persona deprimida puede decidir querer morir y hacer los preparativos para llevar a cabo su suicidio. Este es un signo de que se precisa de ayuda urgentemente.
Aunque la depresión puede manifestarse con los síntomas comentados a cualquier edad, la forma de presentación en las personas mayores puede ser un poco diferente. En primer lugar, algunos síntomas de enfermedades físicas pueden ser similares a algunos de los de la depresión, por ejemplo, la pérdida de apetito o el sueño alterado pueden ser consecuencia de la depresión o bien ser secundarios a diferentes condiciones físicas, tales como las cardiopatías o la artritis. Si la depresión está presente, sin embargo, deberían existir otros síntomas del tipo de los pensamientos y sentimientos depresivos mencionados en la página anterior.

En segundo lugar, es característico de las personas mayores el quejarse menos de estar deprimidos y en su lugar expresar gran malestar por síntomas corporales con frecuencia asociados a una preocupación constante sobre la posibilidad de tener una enfermedad, aún cuando su médico no tenga indicios para sospechar ninguna. Probablemente, la razón para esto es que muchas personas mayores han sido educadas para no molestar a sus médicos con otras cosas que no sean quejas físicas. Intente aceptar las explicaciones de su médico de que la causa real de sus síntomas es un trastorno emocional. El insistir en análisis y pruebas diagnósticas que no necesita únicamente retrasará el comienzo del tratamiento que usted precisa.Por último, el vivir solo no conduce automáticamente a depresión, aunque mucha gente joven lo crea así. Más bien, en ocasiones una persona mayor que se ha adaptado a vivir sola gradualmente desarrolla un sentimiento de soledad que no estaba allí antes, o ciertamente no tan intenso. De nuevo esto puede ser un signo de depresión.